El precio de las acciones de Shell recibe un impulso por la recompra al superar las previsiones de beneficios

En marzo, el precio de las acciones de Shell alcanzó sus niveles más altos desde junio de 2019 tras una serie de cifras récord que vieron cómo los beneficios se disparaban hasta un récord de 39.870 millones de dólares, más del doble de las cifras obtenidas en 2021, y superando cómodamente el récord anterior establecido en 2008 de 28.400 millones de dólares.

Desde entonces, el precio de la acción ha retrocedido debido a la preocupación por la ralentización de la demanda y la fuerte caída de los precios del petróleo y el gas.

Como en el caso de BP, a principios de esta semana, las cifras del primer trimestre de Shell desatarán de nuevo el habitual coro de flatulencias políticas sobre los beneficios obscenos y el deseo de imponer un impuesto más alto que el actual del 75%, a pesar de que ya ha causado un enorme daño a los operadores más pequeños del Mar del Norte, como Harbour Energy.

Aunque se esperaba que los beneficios del primer trimestre experimentaran una ligera desaceleración, han sido mucho mejores de lo previsto: 9.600 millones de dólares, lo que supone un ligero descenso respecto a los 9.800 millones del cuarto trimestre, con unos ingresos de 86.960 millones de dólares.

Esta cifra es muy superior a la del mismo trimestre del año pasado, con una contribución del gas integrado de 4.900 millones de dólares a los beneficios globales, lo que supone un descenso de 1.100 millones respecto al cuarto trimestre, pero sigue siendo la segunda cifra más alta de la historia. Shell también mantuvo su dividendo en 28.75 céntimos por acción y anunció otra recompra de acciones por valor de 4.000 millones de dólares en el trimestre.

Otras áreas clave de rendimiento superior fueron las de productos químicos y productos, que registraron un gran aumento de los beneficios, de más de 1.000 millones de dólares a 1.780 millones, debido principalmente a un gran aumento de los márgenes. Las energías renovables y las soluciones energéticas vieron aumentar sus beneficios hasta 400 millones de dólares, frente a los 300 millones del cuarto trimestre.  

El anuncio de que Shell mantiene la recompra de acciones propias en 4.000 millones de dólares ha provocado una subida de las acciones, lo que probablemente sea un aliciente político más para sus detractores. En cuanto a los impuestos, Shell pagó 3.100 millones de dólares durante el trimestre, aunque no se detalló cómo se desglosaron.

En el cuarto trimestre, Shell pagó 1.700 millones de dólares por la contribución de solidaridad de la UE y el impuesto sobre los beneficios de la energía del Reino Unido, 441 millones de los cuales fueron a parar al gobierno británico. 

Los niveles de deuda neta sólo disminuyeron ligeramente, de 44.800 millones de dólares a 44.200 millones, al tiempo que mantuvo sin cambios sus perspectivas de inversión total para 2023, entre 23.000 y 27.000 millones de dólares.

A principios de este año, Shell anunció su intención de integrar sus divisiones de petróleo y gas y GNL como parte de un esfuerzo más amplio para racionalizar el negocio.

La operación de energías renovables se integrará en las operaciones de refinado y comercialización de petróleo y tendrá lugar a partir del 1 de julio. Tendremos más detalles en junio, cuando la empresa celebre una jornada de mercados de capitales.