El final de los beneficios fáciles en bolsa

Los mercados llegan a la nueva semana con una sensación extraña, mientras la tendencia sigue viva, pero donde la lectura deja de ser cómoda. Ya no hay un movimiento en bloque al que agarrarse. El Dow Jones resiste, mientras el S&P 500 y el Nasdaq empiezan a mostrar fatiga. La rotación hacia sectores menos exigentes se deja ver de forma nítida y obliga a preguntarse si seguimos en un entorno donde “estar expuesto” es suficiente, o si estamos entrando en una fase en la que la selección vuelve a ser determinante.
La Reserva Federal contribuyó a esta dualidad. El último recorte llegó, pero acompañado de un mensaje de pausa. El mercado celebró el crecimiento y la estabilidad del ciclo, pero asumió también que el apoyo monetario no será ilimitado. Es un equilibrio delicado, pues por un lado tenemos una economía que aguanta y por otro, un banco central que quiere evitar alimentar excesos. Ese punto medio sostiene los índices, pero los deja más dependientes de la micro y más sensibles a cualquier sorpresa.
La primera grieta visible aparece en la narrativa de la inteligencia artificial, hasta ahora el eje dominante del mercado, pero que empieza a mostrar desgaste ante resultados menos brillantes, guías más conservadoras y una competencia cada vez más intensa que evidencia que no todo lo que se etiqueta como IA crece sin fricciones. Los grandes actores ya no avanzan al unísono, pues los “hyperscalers” muestran rendimientos divergentes, la deuda pesa más de lo previsto y el entorno competitivo se endurece, generando mayor dispersión, volatilidad selectiva y menos margen para quienes confían en la narrativa sin mirar los beneficios reales.
Esta complejidad se entiende mejor con perspectiva pues el mercado puede tener aún recorrido, aunque en un avance más moderado y condicionado por turbulencias regulatorias, por el relevo en la Fed y por unas valoraciones que requieren un crecimiento de beneficios más sólido. Incluso los sectores que han liderado el año (tecnología y megacaps) exhiben fisuras, y la posible rotación hacia compañías de menor capitalización gana fuerza, aunque con matices. Las small caps llevan años sin crecer de forma consistente, han sufrido recortes drásticos en estimaciones y su nivel de deuda añade una capa adicional de riesgo. El potencial existe, pero dependerá de que la macro acompañe y la Fed no falle.
En paralelo, el mercado convive con tensiones de fondo que ya no se pueden ignorar. El caso de Elon Musk rozando el umbral simbólico del “trillonario” no es una anécdota. Es un síntoma. Desde 2020, los diez hombres más ricos del mundo han sumado 1.7 billones de dólares en patrimonio. La concentración de riqueza avanza de forma exponencial y se cruza con otro fenómeno: la concentración tecnológica. Controlar la infraestructura de IA implica controlar buena parte del crecimiento futuro. El riesgo no es cosmético. Se trata de cómo esta acumulación de poder económico y tecnológico condiciona el comportamiento del mercado y, en última instancia, la estabilidad del sistema.
En este contexto de mercado más selectivo y disperso, merece la pena incorporar la lectura del inversor minorista global recogida en el último Retail Investor Beat de eToro. Su relevancia no es anecdótica, pues ofrece una fotografía de cómo se está posicionando un colectivo que, tras el ciclo 2020–2024, tiene un peso creciente en los flujos de riesgo.
El estudio señala que un 56% de los minoristas globales cree que el mercado alcista se extenderá hasta 2026, porcentaje que sube al 70% entre los inversores españoles. La confianza en las carteras se mantiene elevada con un 78% a nivel global y un 76% en España, y la percepción sobre la capacidad de cumplir objetivos de inversión es más optimista en el caso español, donde un 57% afirma ir por el buen camino.
El informe también pone nombre a los riesgos que el propio inversor percibe, entre los que vemos la incertidumbre política y geopolítica, posibles subidas de tipos, sobrevaloraciones y debilidad en beneficios. Y muestra un dato táctico relevante, donde con el ciclo de recortes ya en marcha, el 42% ha ajustado cartera y un 26% planea invertir más si continúan las bajadas, con especial protagonismo de las generaciones más jóvenes y un mayor interés, en el caso español, por activos de crecimiento y criptoactivos. Una señal que refuerza la idea de que, aunque el mercado rota y exige más precisión, el apetito por riesgo sigue aún vivo.
La semana también deja otra advertencia táctica, pues el “Bull & Bear Indicator” revisado vuelve a acercarse a niveles de euforia extrema. Alcanzó un 8.9 en octubre, uno de los registros más altos desde episodios de volatilidad severa como 2018 y 2020, y ahora se sitúa en 7.8, rozando el umbral crítico. El mensaje no es de pánico, pero sí de prudencia: el sentimiento está caliente y el margen de error se estrecha.
Con todo, la fotografía no es negativa. El mercado sigue fuerte. El ciclo, más resistente de lo que algunos temían. Pero la homogeneidad desaparece, la dependencia de la micro aumenta y la narrativa se fragmenta. La próxima semana no va de apostar por direcciones, sino de identificar posiciones que sigan teniendo sentido en un entorno donde la tendencia convive con la fragilidad.
La cuestión ya no es si estar dentro del mercado, sino dónde, por qué y siempre gestionando el riesgo al máximo. Esa es la brújula de este nuevo tramo.
Niveles técnicos clave
No son recomendaciones de inversión. Solo comentarios desde un punto de vista técnico informativo.
1.- S&P 500
Desde un punto de vista técnico, el S&P 500 quiere romper… pero no puede (de momento). El gráfico muestra un mensaje sencillo pero muy relevante donde llevamos varias semanas atrapados en un rango estrecho, con resistencia en los 6.900 puntos que se ha testeado varias veces sin capacidad de ruptura y un soporte que sigue funcionando como zona de defensa en los 6.520-6.550 puntos.
Esa estructura lateral, tras un tramo alcista tan vertical como el vivido en 2025, no es una señal de debilidad en sí misma, pero sí exige lectura fina, porque la parte alta del rango se ha convertido en una barrera psicológica clara donde cada intento de “breakout” se frena con velas de rechazo y falta de confirmación; el mercado necesita algo más que narrativa para superarla, falta volumen, falta convicción y sobra dispersión interna, justo lo que estamos viendo en la micro. Por abajo, la zona de soporte sigue intacta y, de hecho, la ausencia de ventas agresivas indica que no hay cambio de manos significativo, lo que configura una consolidación típica de mercado maduro: sin miedo, pero sin gasolina adicional
2.- El Bitcoin (BTC)
La CFTC desbloquea el acceso cripto, pues ha dado el mayor paso regulatorio en la historia reciente del ecosistema al autorizar que los activos spot se negocien en plataformas registradas de derivados, empezando por Binomial y con la CME previsiblemente detrás. Esto permite operar spot y futuros en el mismo lugar, abarata coberturas y facilita la entrada de gestoras tradicionales ya conectadas a esos mercados.
El movimiento también mejora la experiencia de trading para todos, pues ofrece más transparencia, mejor ejecución y la supervisión federal, al tiempo que envía un mensaje contundente pues los reguladores están abriendo la puerta grande a la participación en cripto.
Además, la CFTC permitirá usar BTC, ETH y USDC como colateral, así como activos tokenizados como treasuries o money market funds, ampliando drásticamente la eficiencia del sistema y habilitando nuevas estrategias basadas en smart contracts.
Para el inversor, la lectura es inequívoca, vamos hacía una infraestructura más sólida, más accesible e institucional, un paso decisivo hacia la convergencia entre cripto y mercado financiero tradicional.
Desde un punto de vista técnico, seguimos en la necesidad ver precios por encima de los 94K USD con aumento de volumen para dejar atrás el riesgo de caídas superiores. Si lo hace, el camino a los 100K USD podría despejarse. Sin embargo, perder los 88K USD abre el campo al testeo de la zona de los 80K USD que, de perderse, activarían las alarmas con objetivo en los 73K USD.
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Equipo eToro
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