Alzas bajo lupa, el Dólar decidirá la duración del rally


Wall Street sigue muy cerca de máximos históricos mientras los datos mejoraron. El PIB del segundo trimestre se revisó hasta el 3.8% anualizado, el gasto real avanzó un 0.4% m/m y el core PCE fue del 2.9% interanual (0.227% m/m). En este contexto, el FOMC mantiene mensajes mixtos, donde unos piden más recortes y otros advierten de no adelantarlos ni quedar por detrás del empleo. Todo esto provoca que la recesión no sea el escenario central de la narrativa, sino que aquella gire sobre el debate de cuántos recortes de tipos caben realmente.
En paralelo, los flujos siguen en claro “risk-on”, donde vemos récord de entradas en oro en cuatro semanas, la segunda mayor quincena histórica de entradas en ETFs de renta variable y unos inversores minoristas con cerca del 65% en acciones y la caja en mínimos de varios años. El indicador Bull & Bear de BofA sube a 6.2, lo que indica que hay espuma, pero no todavía un techo claro. Ese tipo de espuma se digiere bien si el ajuste es ordenado, pero el problema aparece cuando la bisagra del sistema, el Dólar, gira de golpe.
El Dólar acaba de firmar su mejor semana desde julio. Si el DXY (índice del dólar) pasa 102, muchos inversores que están cortos podrían verse forzados a cerrar posiciones, lo que podría impulsar aún más al USD, endureciendo las condiciones financieras (viento en contra para bolsas y emergentes).
En otro orden de cosas, el oro vive lo que vengo llamando “la paradoja útil”, donde vemos cómo a corto plazo podría estar en zona de “sobre-compra”, pero sigue con poco peso en las carteras medias. Esa combinación de fuerza táctica más baja tenencia, invita a mantener un sesgo constructivo mientras el dólar no se dispare.
Así mismo, si el Dólar se fortalece y las divisas emergentes flojean, varias apuestas de consenso pueden sufrir, provocando un empinamiento de la curva y tensiones sobre la banca global y las megacaps más “growth” en Estados Unidos. Hoy los spreads de crédito IG en tecnología siguen cerca de mínimos de 18 años, lo que mantiene abierta la financiación para el capex de data centers e IA. Pero no es un cheque en blanco pues, si el dólar aprieta o el crédito se ensancha, ese canal puede encarecerse y cerrarse rápido.
Así las cosas, es interesante observar el cambio de narrativa con respecto a la sugerida actualización de cómo montamos la cartera. Con una inflación que no cede, repartir en cuatro partes iguales, 25% acciones, 25% bonos, 25% efectivo y 25% oro, no solo protegió en 2022, sino que este año va por delante del clásico 60/40 (60% acciones, 40% bonos). Moraleja sencilla que podríamos definir como mejor diversificar de verdad y mantener liquidez, que seguir cargando más peso en el mismo growth de Estados Unidos.
La próxima semana va de ejecución, no de teorías. Las nóminas, el IPC y la Fed de octubre dirán si de verdad caben dos recortes más este año.
Mientras tanto, tres cosas a vigilar:
- Que el DXY no rompa 102
- Cómo se comportan las divisas emergentes en conjunto
- Los spreads de crédito en tecnología con grado de inversión
Si hay una purga ligera del exceso en mercados, mejor: limpia y no pasa nada. Si en cambio el Dólar se acelera, conviene bajar algo la exposición a bolsa, acortar la duración en bonos y cubrir el riesgo de divisa.
La tendencia se sostiene mientras el Dólar no marque el ritmo pues si lo hace, el ajuste será rápido.
Niveles técnicos clave
No son recomendaciones de inversión. Solo comentarios desde un punto de vista técnico informativo.
1.- S&P 500
Desde un punto de vista técnico, el S&P 500 nos ha dejado un primer nivel de soporte de corto plazo en los 6550 puntos. Mientras seguimos muy cerca de la zona de descubrimiento de precios en un entorno de baja volatilidad y un sentimiento inversor neutral, la ligera corrección semanal ha sabido a poco. Pero el precio es el que manda y así debemos actuar. Precios por debajo de los 6550 abren camino hasta los 6480 y los 6400. Seguimos viendo la necesidad de gestionar el riesgo de forma muy seria.
2.- El Bitcoin (BTC)
El fenómeno de las tesorerías corporativas en el Bitcoin y Ethereum ha sido uno de los grandes catalizadores del rally del verano. Sin embargo, los últimos datos muestran un enfriamiento claro pues en agosto y septiembre se compró menos de la mitad de BTC que en julio, y muchas de las acciones ligadas a este movimiento han devuelto buena parte de las alzas logradas entonces.
La lectura es doble. Por un lado, la desaparición de ese “suelo de demanda” deja al mercado más expuesto a la volatilidad. Por otro, no significa necesariamente el fin del ciclo alcista, sino más bien un “reset” saludable, donde los excesos de apalancamiento y la especulación de corto plazo se corrigen.
El riesgo a corto plazo es que el mercado busque los 105K USD como soporte clave y que, en caso de perderlos, se extienda hasta los 100K USD, algo que ya descuentan muchos traders. El potencial a medio plazo sigue vivo, con algunos analistas proyectando incluso los 140K USD antes de fin de año si la liquidez y el interés institucional acompañan.
Para el inversor, la clave está en diferenciar entre el ruido y la señal. La narrativa de las tesorerías no ha desaparecido, pero ya no basta con perseguir titulares. Lo importante ahora es mantener disciplina, vigilar los niveles técnicos críticos y recordar que los grandes techos de mercado rara vez llegan acompañados de miedo, sino de euforia.
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Equipo eToro
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