Los inversores han aprendido a ignorar el cierre de la administración americana si no existe alguna disrupción económica real


El cuarto trimestre comienza con fuerza, con un cierre gubernamental. El cierre no es precisamente una sorpresa para los inversores y, por lo general, no actúa como un evento que mueva el mercado. Los inversores han aprendido a ignorar en gran medida el drama del cierre, considerándolo como una postura política en lugar de un riesgo fundamental del mercado. Sin una disrupción económica real, el mercado tiende a ignorarlo.
La pregunta aquí es la duración: ¿cuánto durará este cierre? Históricamente, los cierres gubernamentales han sido relativamente breves, y si ese es el caso esta vez, el impacto en las carteras probablemente será mínimo, mientras que las ganancias y las tasas de interés pronto volverán a cobrar protagonismo. Sin embargo, si el cierre se prolonga, podría afectar la confianza de los inversores y del consumidor.
Si bien los mercados pueden ignorar un cierre rápido, uno prolongado sería más difícil de ignorar. Más allá de los trabajadores con licencia y las agencias paralizadas, el verdadero problema reside en el retraso de los datos económicos, de los que dependen tanto los inversores como la Reserva Federal. En un contexto macroeconómico ya de por sí incierto, una menor visibilidad podría aumentar la volatilidad y provocar ventas nerviosas, especialmente si la confianza en la recuperación empieza a tambalearse.
Incluso si se produce un retroceso a corto plazo vinculado a un cierre, las perspectivas generales del mercado no han cambiado. Mientras los fundamentos económicos se mantengan sólidos, es más probable que cualquier ola de ventas se considere una oportunidad de compra que un motivo de pánico. El cierre puede acaparar titulares, pero no es el protagonista de este ciclo de mercado.
Los mercados han repuntado con fuerza desde los mínimos de abril y han superado la debilidad habitual de agosto-septiembre. Por lo tanto, si observamos una caída del 5% al 10%, especialmente provocada por los titulares sobre el cierre, podría ser un reajuste positivo. Es una oportunidad para que los inversores marginados vuelvan a entrar y para que la confianza se enfríe sin romper la tendencia alcista general; más bien un respiro que una ruptura.
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Equipo eToro
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