La Fed, otra vez en el centro de atención

Los días previos a las reuniones de política monetaria de la Fed dan lugar a un sinfín de rumores, y esta vez no es la excepción. Los mercados dieron, entre la semana anterior y los inicios de esta semana, una muestra de lo que puede suceder si el Banco Central recorta los fondos que coloca mensualmente en el circuito, a través de la compra de bonos, y a razón de 120 mil millones de dólares por mes.
La Fed seguramente ha tomado nota de lo que puede pasar, y cuidará al máximo el tenor del comunicado, aún cuando tampoco podrá hacerse la distraída con una inflación que superó en junio generosamente el 5% anual.
Quedar bien con los mercados y con la economía parece una tarea difícil. Los mercados crecieron en los últimos tiempos inflados con liquidez; la misma liquidez que infla la economía. De este modo, lo que le queda a la Fed es un comunicado que estire los tiempos, declarando que considera a la inflación como algo transitorio, pero sin plazos de normalización.
En estos días, el clima de negocios se estabilizó, y Wall Street estira al máximo sus ganancias. Los máximos históricos de los futuros del Nasdaq 100 antes del inicio de la sesión del viernes fueron elocuentes. El selectivo superó los 15000 puntos por primera vez, y más allá de alguna corrección, nada indica que vaya a ceder demasiado de aquí a la reunión de la Fed. Lo mismo aplica al Dow Jones y al S&P 500.
El dólar, lentamente, va dominando el panorama en las divisas. El clima enrarecido de la semana pasada no se repitió en la semana que termina, y ello explica la baja del yen y el oro, típicos activos de refugio. Pero es claro que el mercado comienza a teñirse de verde nuevamente, algo que era previsible después de la baja que sufrió en los primeros meses del año.
El euro, en este contexto, presenta un panorama bajista para las próximas sesiones, aún cuando la reunión de la Fed puede ofrecer movimientos desconcertantes. La zona de 1.17000 ya está cerca, y la de 1.1500, algo más lejana, pero visible para los próximos tiempos.
La libra esterlina no tiene tan claro su camino de corto plazo. Reino Unido eliminó todas las restricciones, y después de algunos días con una alarmante cantidad de contagios, la situación se va normalizando, algo que puede ayudar a la economía británica. Si bien mantiene una pendiente bajista muy clara, la libra puede recuperar unos cuantos puntos en el inicio de la semana próxima.
El alza del petróleo, que se hizo más visible desde el miércoles, frenó la caída del dólar canadiense. El Loonie fue la estrella de la semana, con un alza importante que, técnicamente, se frenó en una línea alcista de mediano plazo en la zona de 1.2525. La zona de 1.2750 aparece de nuevo en el horizonte cercano.
El oro se ve muy limitado en estas horas. La onza parece esperar una oportunidad de escaparse de el interminable laberinto de 1800 dólares en que se encuentra, aunque deberá superar los 1833 dólares que exhibe como máximos mensuales para aspirar a algo más. También el metal precioso deberá esperar la reunión de la Fed.
Autor

Adrián Aquaro
Adrian Aquaro
Adrian Aquaro es analista de mercados financieros, especializado en el mercado de divisas, índices bursátiles y materias primas.





