Grifols vuelve al pago de dividendos cuatro años después


Cuatro años sin pagar dividendo son una eternidad en bolsa. Para algunos accionistas, un desierto, para otros una prueba de fe.
Hoy Grifols vuelve a repartir -con fecha exdividendo el 11 de agosto y fecha de pago el 13 de agosto-, un dividendo a cuenta de importe neto de 0.1215 euros por acción en lo que parece ser más una declaración de intenciones que una cifra.
En las empresas, los dividendos no son promesas, son señales. Señales de que el motor de caja vuelve a girar con fuerza, de que las prioridades internas han cambiado, y quizá, de que la compañía cree tener controlada la travesía que la llevó a suspenderlos.
Pero conviene recordar que el dividendo no es un premio, es capital que la empresa decide no reinvertir. Y ahí está el dilema para el inversor que mira más allá del corto plazo: ¿es este pago el inicio de un ciclo sostenible o un gesto para reforzar la confianza en un momento delicado?
En un mercado que valora las narrativas tanto como los números, el dividendo de Grifols no solo se medirá en céntimos, sino en la credibilidad que logre recuperar.
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Equipo eToro
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