El Presidente de El Salvador advierte de la farsa de la Reserva Federal: “Se puede perder la confianza en su moneda”

Los mercados de metales preciosos empiezan a cotizar en marzo con los alcistas del Oro preguntándose si el metal monetario está listo por fin para subir a nuevos máximos.

Durante los dos primeros meses del año, el precio del Oro se ha movido entre los 2.000$ y los 2.100$ la onza. Por ahora, sigue eclipsado por los nuevos récords bursátiles. El sector de los metales también se está viendo frenado por la falta de voluntad de la Reserva Federal de comprometerse a recortar los tipos.

En la sesión de este viernes, el precio del Oro cotizaba a 2.062$ la onza, un 0.8% más en la semana. El precio de la Plata registraba una pérdida semanal del 1.2%, situando sus precios al contado en 22.87$ la onza. El precio del Platino perdía un 4.4% y cotizaba a 883$. Por último, el Paladio caía un 2.4% en la semana y se situaba en 984$ la onza en la mañana del viernes.

Con una inflación de precios a la baja en los últimos meses y una economía que se mantiene según las estadísticas oficiales del gobierno, muchos analistas de Wall Street se deshacen en elogios hacia la Reserva Federal.

Supuestamente, la Fed ha domado la propia inflación que generaba sin enviar a la economía a la recesión, al menos de momento.

Pero los banqueros centrales también están alimentando una peligrosa burbuja de deuda pública que no están haciendo nada por domar.

Este año, la proporción entre deuda y PIB superará el 130%. Es un nivel poco frecuente en los países desarrollados, salvo en tiempos de guerra u otras crisis.

Las consecuencias de una deuda excesiva, una creación de divisas desmesurada y un gobierno prepotente pueden ser la hiperinflación y la pobreza generalizada. Estas consecuencias las han sufrido los habitantes de los países del Tercer Mundo en África y Latinoamérica.

La hiperinflación arruinó las economías de Zimbabue y Argentina, por ejemplo. Pero ahora Zimbabue se plantea respaldar su moneda con Oro. Y Argentina eligió recientemente como presidente a un economista de libre mercado que está trabajando para poner fin a las imprudentes políticas fiscales que arrastraron al otrora próspero país.

El Salvador está pasando rápidamente de ser uno de los países con más problemas del mundo a uno de los más prometedores.

La semana pasada, el presidente salvadoreño Nayib Bukele viajó a Washington DC para pronunciar un discurso ante la Conferencia de Acción Política Conservadora.

Bukele advirtió a los estadounidenses de los peligros que plantean las élites globalistas. En concreto, se refirió al financiero de izquierdas George Soros. También advirtió de que el Dólar estadounidense corre el riesgo de hundirse.

Nayib Bukele: Ni siquiera esos altos impuestos, más altos que en muchos lugares del mundo, ni siquiera esos impuestos están realmente financiando al gobierno. Entonces, ¿quién financia al gobierno? El gobierno se financia con bonos del Tesoro, papel. ¿Y quién compra los bonos del Tesoro? Principalmente la Fed. ¿Y cómo los compra la Fed? Imprimiendo dinero. ¿Pero qué respaldo tiene la Fed para ese dinero que imprime? Los propios bonos del Tesoro. Así que, básicamente, se financia al gobierno imprimiendo dinero de la nada. Papel respaldado con papel. Una burbuja que inevitablemente estallará. La situación es aún peor de lo que parece, porque si la mayoría de los estadounidenses y el resto del mundo se dieran cuenta de esta farsa, se perdería la confianza en su moneda.

Bukele ha irritado a la administración Biden al promover Bitcoin como alternativa a la hegemonía del Dólar estadounidense. El Salvador tiene Bitcoin en sus reservas oficiales y lo ha declarado moneda de curso legal en el país.

La criptomoneda superó los 60.000$ la semana pasada, lo que ayudó a impulsar el valor de los bonos de El Salvador.

El Bitcoin es una clase de activo que no está controlada por los gobiernos ni por las élites financieras mundiales. Pero su valor de mercado es volátil y la utilidad futura de la cadena de bloques digitales es incierta.

Lo que es seguro es que, con el tiempo, el Oro conservará mejor su poder adquisitivo que las inflacionistas monedas fiduciarias. Los metales preciosos pueden parecer aburridos en comparación con el Bitcoin en este momento. Pero el Oro y la Plata físicos tienen atributos que ningún activo digital puede replicar. Una moneda en lingotes es dinero tangible, y su valor no depende de Internet.

Los metales preciosos son una clase de activos que los gobiernos, los bancos centrales, los fondos de pensiones y los inversores particulares pueden poseer para protegerse de la continua depreciación del Dólar fiduciario estadounidense.