El consumo americano reclama rebaja de tipos, su inflación recomienda cautela

La lectura del PCE de septiembre, que se publicó hoy en línea, debería consolidar un recorte de tasas en la reunión de la Fed de la próxima semana, pero sigue apuntando a una situación inflacionaria complicada. Si bien la inflación de servicios fue la culpable durante mucho tiempo, la tasa de bienes, que había sido deflacionaria durante casi dos años, ha contribuido a los precios elevados desde mayo.
La pregunta pasará rápidamente de la decisión sobre las tasas de interés de diciembre a la proyección del comité para 2026.
Los inversores continúan operando en un entorno macroeconómico difícil: estamos analizando los datos de inflación de septiembre en diciembre, mientras que los datos laborales siguen siendo escasos. A riesgo de parecer un disco rayado, este sigue siendo un entorno muy confuso para la Fed, incluso después de la reapertura del gobierno estadounidense. Quizás los datos más recientes cuenten una historia diferente, pero hasta ahora, la inflación no parece que vaya a desaparecer pronto.
Si bien la inflación puede no estar en una trayectoria ascendente descontrolada, el PCE interanual aumentó ligeramente por quinto mes consecutivo, mientras que el PCE subyacente —el indicador de inflación preferido por la Fed— se mantuvo por encima del 2.8% por quinta lectura consecutiva. Si bien estos datos son bastante anticuados, apuntan a un entorno inflacionario rígido. Esto no solo crea un obstáculo para los consumidores, sino que podría dificultar que la Fed implemente recortes de tasas agresivos en 2026, a menos que el mercado laboral muestre una debilidad considerable.
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