Qué puede significar para los mercados la política exterior del “America first”
|Los planes económicos nacionales del presidente Trump podrían afectar al crecimiento, la inflación y los mercados de manera global. Por eso, también merece la pena analizar lo que podría significar una política exterior "America first" (Estados Unidos primero) durante los próximos cuatro años, dado que, desde noviembre, Trump ha dedicado mucho más tiempo a hablar de geopolítica que tras su primera elección en 2016, cuando se centró sobre todo en la economía estadounidense.
Los tres pilares de la política exterior "America first" de Trump
Parece haber tres componentes principales en los planes de política exterior de Trump: un retorno a la hegemonía regional, el dominio económico mundial y aranceles diseñados para afectar a los resultados geopolíticos. Abordaremos estas cuestiones por separado, analizando sus diversas implicaciones para el mercado.
Hegemonía regional
Trump ha hecho repetidos comentarios sobre la importancia estratégica de Groenlandia y el Canal de Panamá para Estados Unidos desde las elecciones de noviembre, y ha adoptado un tono más beligerante con los líderes de México y Canadá que sus predecesores. Sus comentarios sugieren que podría adoptar un enfoque mucho más intervencionista en el continente americano, que incluiría posibles ataques militares contra los cárteles de droga mexicanos, importantes restricciones a la inmigración en la frontera sur de Estados Unidos e intentos de influir en la producción y distribución de energía en Canadá.
Al mismo tiempo, Trump también se ha distanciado de las obligaciones del Artículo V de la OTAN -en virtud del cual la OTAN se compromete a ayudar a todos sus miembros en caso de un ataque armado- a menos que los gobiernos (en particular en la UE) gasten un mayor porcentaje de sus presupuestos nacionales en defensa. Trump considera innecesarias y costosas muchas de las campañas militares en el extranjero emprendidas por los presidentes estadounidenses en las últimas décadas, sobre todo porque (como señaló en una reciente conferencia de prensa) Estados Unidos está separado de otras grandes potencias por dos océanos. Es probable que su retórica pretenda presionar aún más a los países europeos para que paguen su propia defensa contra Rusia.
Dominio económico mundial
Aunque el presidente Trump puede estar centrado en consolidar la hegemonía regional, en la esfera económica sigue creyendo en el dominio global estadounidense. En este sentido, se centra en algunas áreas clave. La primera es la aparición de la IA como posible motor de crecimiento económico. Estados Unidos es pionero en este campo, y las mayores empresas estadounidenses invierten mucho más en estas tecnologías que sus competidoras extranjeras. Trump considera la IA como un activo estratégico y probablemente hará todo lo posible para proteger el liderazgo estadounidense en este ámbito. Otro ámbito que la Administración entrante considera una ventaja competitiva es la producción de energía. Tanto Trump como su candidato a secretario del Tesoro, Scott Bessent, consideran que las exportaciones energéticas estadounidenses son clave para mantener el dominio económico mundial. Por último, el presidente insiste en que el dólar estadounidense siga siendo la moneda de reserva mundial, y ha amenazado con imponer aranceles a los países BRICS1 si pasan a liquidar sus intercambios comerciales al margen del dólar estadounidense.
Aranceles y política comercial
Es probable que la última pieza de la política exterior de Trump sea el uso de aranceles para obtener beneficios geopolíticos estratégicos. Esto supondría un cambio significativo con respecto a su primer mandato, cuando consideraba los aranceles principalmente como una herramienta económica para reducir el déficit comercial de Estados Unidos y mejorar los acuerdos comerciales que consideraba injustos, incluido el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Una reciente publicación en las redes sociales en la que Trump sugería que Europa debería comprar más gas natural licuado (GNL) a los productores estadounidenses indica que ahora considera los aranceles como un medio de influencia geopolítica más que como una herramienta de reequilibrio económico.
Los objetivos ostensibles de la administración entrante de Trump son todos cambios significativos con respecto a la política exterior estadounidense posterior a la Guerra Fría, que podría caracterizarse en gran medida por aspirar a mantener la hegemonía mundial de Estados Unidos mientras permanece abierta a la liberalización económica, la globalización y el libre comercio.
Cómo podrían reaccionar el mundo (y los mercados)
Es probable que tanto los aliados como los adversarios de Estados Unidos respondan de manera muy diferente a una política exterior "América first" que durante el primer mandato de Trump. En primer lugar, Europa. Irónicamente, estas políticas podrían ser exactamente lo que Europa necesita para curar sus males económicos. Desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, los consumidores europeos han estado acumulando ahorros en previsión de la subida de los precios de las materias primas (Gráfico 1). Aunque la inflación ha disminuido, la demanda interna de los consumidores sigue siendo bastante débil. Si la presidencia de Trump conduce a una rápida resolución de la guerra entre Rusia y Ucrania, los precios europeos de la energía podrían caer, impulsando la competitividad industrial nacional y permitiendo que el exceso de ahorro se reduzca.
Al mismo tiempo, la insistencia de Trump en que Europa aumente su gasto en defensa y compre más GNL producido en EE. UU. también puede beneficiar a los países de la UE con el tiempo. Los líderes europeos parecen reconocer la necesidad de una seguridad nacional más fuerte en un mundo en el que Estados Unidos ya no pretende ser el líder hegemónico global. Recientemente, los países más grandes de la UE propusieron bonos conjuntos de defensa para financiar un mayor gasto. El aumento de las compras de GNL a Estados Unidos también permitiría a Europa reducir su dependencia del gas natural ruso. La cuestión es que resulta posible un acuerdo beneficioso para todos, en el que Europa aumente el gasto en defensa e importe GNL producido en EE.UU. a cambio de unos aranceles limitados.
Gráfico 1: El ahorro de los hogares europeos ha aumentado desde la invasión de Ucrania
Exceso de ahorro (miles de millones de USD)
En contraste con Europa, una política exterior de "America first" hace que un acuerdo comercial con China sea mucho menos probable. China, a diferencia de Europa, ha tomado medidas significativas para desvincularse de los mercados estadounidenses desde el primer mandato de Trump. En gran medida, ha dejado que su cartera del Tesoro estadounidense se agote, optando en su lugar por invertir en oro, otras materias primas y mercados emergentes. Además, es probable que Trump siga intentando frenar la búsqueda por parte de China del control regional en Asia Oriental sin utilizar la fuerza militar directa. Como resultado, la administración Trump puede ser aún más restrictiva que la administración Biden a la hora de frenar las exportaciones de chips de IA.
China también necesita estimular el consumo interno, lo que ha resultado difícil dado el apalancamiento de su sector empresarial y la debilidad del mercado inmobiliario. Sin embargo, la vasta base industrial y el ahorro nacional de China podrían redistribuirse para impulsar el gasto militar. Si China percibe que EE.UU. está centrado en el equilibrio de poder regional, reticente a desplegar tropas en el extranjero y deseoso de utilizar la influencia económica contra sus rivales, podría aumentar el gasto en sectores estratégicos, como la defensa, la inteligencia artificial y otras capacidades cibernéticas. En cuanto a las reacciones del mercado ante estos escenarios, los frenos a las exportaciones de chips de IA podrían mermar las perspectivas de las empresas tecnológicas estadounidenses, lo que podría ser un lastre para todo el mercado de renta variable estadounidense durante algún tiempo. Un aumento del gasto chino en defensa podría crear un viento de cola para los mercados de materias primas, ya que los inventarios podrían agotarse debido al aumento de la demanda. En el momento de redactar este informe, los mercados de materias primas han obtenido mejores resultados que las acciones y los bonos estadounidenses en lo que va de año, lo que podría reflejar el aumento de la prima de riesgo geopolítico de estos activos.
Normalmente, los mercados se apresuran a pasar por alto el impacto de las conmociones geopolíticas, recuperando su escalada alcista tras acontecimientos como el Brexit, la invasión rusa de Ucrania, el ataque de Hamás a Israel y muchos otros. Sin embargo, a diferencia de esos acontecimientos individuales, una política exterior "America first" que prioriza la hegemonía regional, el dominio económico mundial y los aranceles diseñados para cumplir objetivos geopolíticos estratégicos presenta un telón de fondo muy diferente al que los mercados se han acostumbrado en las últimas décadas, con implicaciones que los inversores no pueden ignorar.
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