Análisis

Dólar sin techo: ¿A la paridad ante el euro?

Pasó otra semana, y el dólar no encuentra límites en su rally. Si bien desde fines de 2021, cuando la Fed comenzó a reducir los planes de estímulo, la moneda líder cambió su entonces tendencia bajista (¿recuerda el amigo lector cuando se decía que el dólar había ingresado en un largo camino bajista sin retorno?) por su actual fortaleza, que se aceleró desde fines de abril, cuando en la reunión del FMI el presidente Powell habló de un alza del 0.5% en la tasa de interés.

Desde allí, todo se tiñó de verde. Los datos de empleo de abril fueron positivos, la inflación casi en máximos, la inflación núcleo acelerando… Tan solo el PBI del primer trimestre dejó algunas dudas, aunque no lo suficiente como para pensar que el banco central dejará de actuar en sus próximas reuniones, elevando en cada una de ellas un 0.5% los tipos.

Los titulares no dejan de impresionar: el euro, a punto de llegar a niveles de 2003 (probablemente, cuando Usted lea estas líneas, ya lo habrá hecho); la libra esterlina, en mínimos de dos años, y sin piso; el franco suizo por encima de la paridad. 

Palabras como “paridad” y “carry trade” habían quedado añejadas hasta ahora. El euro todavía está lejos del 1 a 1, pero Europa comienza a hablar del tema. Lo mismo sucedió en enero de 2017, cuando detuvo su caída en 1.0340. Debajo de 1.0300, la moneda única tendrá pocas opciones de defensa para dejar de caer. El Banco Central Europeo mantiene su habitual parsimonia para actuar, si bien la inflación de la Eurozona se encuentra varios peldaños (demasiados) por encima del pomposo propósito de Christine Lagarde de “inflación simétrica” del 2%.

A esta altura, será difícil que el BCE le siga los pasos a la Fed. Si esta lleva la tasa al 2% en dos meses, y el BCE sigue pensando que hacer, el euro se caerá por peso propio. Algún intento de revertir esta situación tuvimos esta semana, cuando las autoridades del banco europeo hablaron de elevar la tasa en julio. 

El Banco de Inglaterra se muestra más dinámico, pero no más optimista. Elevó la tasa por cuarta vez consecutiva, para dejar en igualdad la misma respecto al 1% actual de la Fed. Pero su discurso, que incluyó el término “recesión” no hizo más que desplomar a la libra, que se acerca a 1.2000 sin demoras. Habrá que ver si un soporte semejante en la libra es similar a 1.0200 del euro.

Por otro lado, reapareció el carry trade. La modalidad consiste en tomar deuda en una moneda barata (en precio y en tasa) como el yen, y volcarla a otra de alto rendimiento. Si bien la tasa de la libra no es la de otros tiempos (5 o 6% de fines de la década pasada), el cruce GBP/JPY ya comienza a dar señales de esta operatoria, sumamente riesgosa, pero muy utilizada. 

El yen sigue débil, sin dudas, pero ya dio signos de agotamiento su actual tendencia bajista. Técnicamente, la zona de 125.00 no le sienta mal a la moneda nipona para los próximos tiempos.

El oro ya roza los 1800 dólares, dejando totalmente de lado su condición de activo de refugio, y convertido en una moneda más. La plata llega a mínimos de dos años, y el petróleo logra hacer pie, presionado al alza por la interminable guerra en Ucrania, y a la baja por el rebrote de la pandemia en China.

La bolsa de Nueva York navega en sus mínimos de un año (y un poco más) en sus índices, producto de que se terminó el dinero barato y a mano suelta que proveía la Fed. El divorcio de la bolsa con la economía es total, tal como se vio en los primeros meses de la pandemia, con actividad nula y acciones con ganancias fabulosas. Hoy, mientras a la economía le va mejor que entonces, con una demanda de bienes y servicios se mantiene estable, las acciones se desploman.

Lo que viene no es fácil de descifrar. Es claro que las tendencias se mantienen hasta que un día terminan, ninguna es indefinida ni absoluta. Pero no se ven motivos reales para que el dólar corte su actual racha ganadora. Ni los informes macroeconómicos ni la política internacional, que sigue sumando complicaciones (Finlandia solicita su ingreso a la OTAN, y le seguirá Suecia), parecen ponerle un mínimo freno en el corto plazo.

 

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