Análisis

USD/MXN Previsión 2019: Muchos ingredientes para que siga la volatilidad

El peso mexicano terminó el 2018 con una moderada caída contra el dólar, pero siendo de las monedas de mejor desempeño entre las emergentes, luego de haberse mantenido relativamente estable mientras los activos emergentes registraban caídas importantes. El 2019 presenta desafíos importantes, con un nuevo mapa político en México, una economía creciendo en forma lenta, y un contexto global con temores crecientes. La volatilidad tiene casi todo de su parte para seguir elevada. 

El dólar, estrella del 2018

El dólar subió frente a la mayoría de las monedas emergentes a lo largo del 2018, incluyendo entre estas al peso mexicano. La suba frente a esta moneda fue menor al 3%, lo que colocó al MXN como una de las más fuertes entre las emergentes. El recorrido del USD/MXN a lo largo del 2018 se puede dividir en dos. Una primera mitad en donde subió en la previa de las elecciones presidenciales de México, en un contexto de preocupación de los mercados por el triunfo esperado de Andrés Manuel López Obrador y de fuerte suba del dólar frente a las monedas emergentes, demandando por una caída en el precio de los activos emergentes a lo largo del mundo. En la segunda mitad del año, se dio el mejor momento del peso mexicano, tras el discurso moderado de AMLO, que llevó al USD/MXN a 18.40. Las monedas emergentes no dejaron de estar bajo presión y con la finalización de la luna de miel entre AMLO y los mercados, luego de la consulta ciudadana por el nuevo aeropuerto, el dólar voló hasta 20.60. 

A lo largo del año se mantuvo sobre 18.00 y recién encontró resistencia debajo de 20.70. El rango de precios (la distancia entre el máximo y el mínimo) fue el más bajo desde 2014. Incluso pese a la menor volatilidad, siguió dando oportunidades interesantes para operar y sería de esperar que continúe de esa forma en el 2019. 

La tendencia en el par de largo plazo continuó apuntando al alza, pero nunca en el 2018 el USD/MXN consiguió superar 21.00. Ya niveles cercanos a ese nivel, generaron preocupación a funcionarios del banco central y también del poder ejecutivo.

En el último mes del año, el USD/MXN se movió con más rapidez, pero sin salir del rango entre 20.00 y 20.60. El par continúa en un modo de consolidación con riesgos en ambas direcciones. Las intenciones de AMLO de mejorar las relaciones con el mercado han dado frutos, pero la desconfianza de empresarios sigue allí. La amplia mayoría legislativa de Morena (el partido de AMLO) tiene un alto poder de afectar el precio de los activos mexicanos. 

Economía: Inflación, crecimiento e ingresos a la baja 

La economía mexicana se espera que crezca entre un 1.5% y un 2.5% en el 2019, mientras que la inflación descendería, según las proyecciones relevadas por el banco central, promediando 3.85% a fin de año, nivel ubicado aún por encima del objetivo de Banxico. El gobierno planea obtener un superávit primario pese a la suba del gasto en el 2019, a través de una mejor recaudación y el recorte de ciertos gastos. Una recuperación del precio del petróleo dotaría de más fondos al gobierno. El mercado recibió relativamente bien el paquete económico. 

En lo que respecta al crecimiento, el principal riesgo doméstico es la falta de confianza de empresarios hacia la administración de Andrés Manuel López Obrador. Cada día será una oportunidad para mejorar las relaciones, pero al mismo tiempo, con riesgos de un agravamiento. La cancelación de la obra del nuevo aeropuerto de Texcono dejó un antecedente fuerte, que puede pesar en el nivel de inversiones en el 2019. 

En el lado de la inflación, se espera que siga a un ritmo gradual la desaceleración y no se vislumbran por ahora mayores riesgos domésticos. Tal como lo indica el banco central, el principal riesgo es el tipo de cambio. Una suba del dólar, sería el factor que desencadene un aumento en la inflación. Es por ese motivo, que la política monetaria podría seguir con tasas altas, de subir el dólar o continuar en niveles elevados la inflación. 

Una crisis externa es de esperar que tenga un impacto en México, tanto en la actividad como el tipo de cambio, llevando a la posibilidad de más ajustes en la política monetaria si es que implica una suba del dólar. En caso de darse con estabilidad o apreciación cambiaria, se buscaría la forma de reducir la tasa, para impulsar la actividad. 

A los riesgos globales, se le suma el del acuerdo de comercio T-MEC, que reemplaza al TLCAN (NAFTA por sus siglas en inglés). En caso de fracasar su aprobación en los parlamentos, pasaría a entrar en riesgo el actual acuerdo, generando una gran incertidumbre y podría impactar fuertemente en el comercio exterior y luego arrastrar al resto de los sectores. 

Otro de los riesgos externos viene de América Latina, con un foco a priori puesto sobre Argentina, Brasil y Venezuela. En el 2018 hubo una crisis cambiaria en Argentina. Si bien en los últimos dos meses hubo cierta calma, el 2019 puede ser otro año complicado, considerando que aún no se han superado las vulnerabilidades externas y sobre todo porque habrá elecciones presidenciales. En Brasil, en el arranque de 2019 asumirá la presidencia Jair Bolsonaro, una gran incógnita. Mientras que en Venezuela continúa la grave crisis económica, con una hiperinflación en curso. La influencia en los mercados de Argentina y de Venezuela es limitada pero son parte del contexto global. 

Política monetaria: Entre el tipo de cambio y el contexto 

El banco central de México terminó el 2018 con la tasa de interés más alta en años, 8.25%. Meses atrás se especulaba con la posibilidad de un recorte a fin de año. ¿Qué cambió? El peso mexicano perdió terreno, la inflación desaceleró a un ritmo menor al esperado, creció la desconfianza por las inversiones y las políticas durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a lo que se agregó el cambio en el contexto externo. Esa combinación hizo que la política monetaria continuará en la senda del ajuste. 

En el 2019, no se descartan más subas si es que el dólar sube significativamente. El tipo de cambio ha pasado a ser la variable clave. Una baja en la tasa de interés no debería de ocurrir por lo menos hasta entrado el segundo trimestre. Para que se de, el tipo de cambio deberá lucir estable y la inflación estar en el objetivo del banco central o muy próximo. Además, no deberían existir nubarrones externos. 

La Junta de Gobierno de Banxico tendrá varios miembros nuevos en 2019. Allí se pondrá a prueba la independencia de estos hacia el poder ejecutivo. De surgir señales de que se encuentran influenciados en sus decisiones por el equipo de López Obrador, estas serían un factor negativo muy fuerte, no solo para el peso, sino para los activos mexicanos en general. 

Gráfico USD/MXN Semanal

Perspectiva USD/MXN

El peso mexicano cerró el año con una leve caída frente al dólar. Los desafíos para el próximo año son varios. El gráfico muestra que tiene camino para subir, es decir, que se de un retroceso del USD/MXN, sobre todo en la primara parte del año y siempre y cuando no ocurra un cierre semanal bien por encima de 20.60. 

Un buen clima global, una mejora en la confianza de los inversores hacia la nueva administración, un arreglo positivo con los bonistas del aeropuerto internacional en construcción (obra que será cancelada), buenas relaciones con Trump, son todos factores que pueden ser positivos para el peso mexicano. 

La zona de 19.40 puede ser de fácil alcance en un contexto positivo. Más abajo, la zona entre 18.40 y 18.60, debería de ofrecer soporte en la primera mitad del año y marcar cierto límite a la apreciación. Aunque de ser quebrada con firmeza, podría indicar más caídas en el mediano plazo. 

En el último trimestre del 2018, el dólar no ha podido sostenerse sobre 20.50/60. De retomar la senda alcista y conseguir hacerlo, sería de esperar una prueba a 21.00. De continuar subiendo y si se da un acercamiento a 22.00, entonces se empezará a hablar más seguido de “intervención” o vendrán más subas en la tasa de interés.

De tener en el 2019 un recorrido, en términos de distancia entre máximo y mínimo, parecido al del 2018, implicaría romper ciertos niveles técnicos relevantes, lo que también apuntaría a más volatilidad. Es decir, que son varios los detalles, tanto desde el punto de vista fundamental como técnico, que pueden llevar a que el 2019 sea un año de alta volatilidad en el cruce entre el dólar y el peso mexicano.  

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