Análisis

Temor y optimismo por igual en los mercados

Es difícil recordar un inicio de año tan turbulento como este de 2020. Si bien la tranquilidad no es algo que abunde en el mundo, comenzar un año con bombardeos, muertes de funcionarios públicos por encargo de un gobierno, y una tensión máxima entre dos países con claro poder de destrucción no es la mejor forma en hacerlo. La muerte del general Suleimani en Irak el viernes pasado desató la furia de Irán, que respondió con bombardeos contra una base militar estadounidense, también en Irak.

En este contexto, la buena noticia es que en el bombardeo no hubo víctimas, aunque no se sabe si fue por error o por propia voluntad. Los mercados -y la comunidad internacional en general- vieron con buenos ojos la novedad, siendo lo único rescatable de un hecho esta naturaleza.

Lo cierto es que la tensión de los primeros días de la semana provocó una estampida en varios activos de los considerados de refugio, y a la cabeza se encontró el oro, que tocó 1611 dólares, un máximo que no alcanzaba desde abril de 2013. El yen, algo más prudente, apenas pudo con 108.00. El franco suizo también se apreció, llegando al máximo de casi 4 meses.

Sin embargo, la conferencia de prensa -sin preguntas- del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calmó las aguas. Hombre acostumbrado a provocar conflictos de todo tipo, resulta insólito que sus palabras hayan sido la causa de la calma que siguió a la locura del lunes y martes. El oro perdió más de 70 dólares en pocas horas, para regresar a su estado anterior a los bombardeos, el yen retomó su senda bajista -a punto de explotar sobre el cierre del viernes si logra quebrar claramente 109.70-, y el petróleo, que había ganado más de 3 dólares, perdió 6 en menos de 24 horas.

A este escenario le siguió una previsible y tensa calma. Ello explica que el dato de empleos de Estados Unidos de diciembre, cuya cifra quedó a mitad de camino entre optimista y decepcionante, no haya movido con fuerza al mercado.

Pero los mercados siguen festejando por otros motivos. Los índices de Nueva York brillan como si todo estuviera en orden en el mundo, y no existiera la posibilidad de una guerra velada entre dos países que viven de amenaza en amenaza, con algunos incidentes puntuales como los ocurridos en estos días. Los futuros de los índices Dow Jones, Nasdaq 100 y S&P 500 tocaron el viernes a la mañana temprano sendos máximos históricos, sin noticias en el medio. La fuerte expectativa en torno a la firma del acuerdo “fase uno” entre Estados Unidos y China, que quedó ahora confirmada para la semana próxima, mantiene alto el ánimo de los mercados. Lo que queda por ver es si el acuerdo no está descontado en los precios, y los detalles del mismo no generan correcciones importantes.

En esta balanza, entre el temor a una guerra y el optimismo que encierra el acuerdo comercial, es que se mueven los precios, y probablemente lo hagan en las próximas sesiones. El dólar reacciona al alza y a la baja por igual ante las novedades de ambos eventos,  en tanto se acerca el tercero de ellos, en orden cronológico y también de importancia, como lo es el Brexit.

Esta semana comenzaron los viajes entre los burocráticos -grises- funcionarios de Bruselas y de Londres, para buscar acordar algo que jamás lograrán acordar, que es una salida ordenada que conforme a todos. Reino Unido se apresta a salir de la Unión Europea, después de un proceso que luce incomprensible para todo aquel que no se encuentre en el propio Reino, y también para gran parte de quienes allí se hallan. La libra esterlina se mantiene expectante, y cuesta encontrar los motivos por los que debería crecer si la salida es lo que parece. El único atenuante es pensar que el proceso de divorcio total será largo y engorroso. Mientras tanto, se mueve sin mucha dirección en orden a 1.3000.

El euro, finalmente, perdió atractivo en estos días. Además de oscilar en rangos de precios estrechos, no llegan noticias de la Eurozona que provoquen un alza del mismo, y su suerte parece estar ligada a la del dólar, claro está, en sentido contrario a este. Deberá luchar duro para superar 1.1200, y los soporte de 1.1030 aparecen, en cambio, más cerca. El quiebre de este nivel podría hacer desbarrancar a la moneda única.

La que se inicia es la típica semana de consolidación de los mercados, con datos duros como las ventas minoristas e inflación. Sin embargo, la firma del acuerdo comercial estará por sobre estos informes, y será el evento sobre el cual se centrará la atención de todos.

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