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Educación

Los gigantes tradicionales del software recuperan terreno en la guerra de la nube

Cuando los disruptores dominan la actualidad, los repuntes de los operadores tradicionales pueden crear oportunidades para los inversores globales activos.

La tecnología es una industria dinámica que, en comparación con otros sectores, tiende a mostrar un mayor riesgo de obsolescencia. La innovación en tecnología es implacable, y la continua voluntad de superarse a menudo conduce al desplazamiento de productos, plataformas y empresas ya existentes. En muchos sentidos, el sector se define por un ciclo continuo de desafío y reinvención, en el que incluso las tecnologías más consolidadas pueden perder relevancia rápidamente.

Los ejemplos son innumerables. El vinilo dio paso al CD, que fue sustituido por el MP3, para luego ser superado por el streaming, gracias, en parte, a un mejor almacenamiento y conectividad. Los teléfonos fijos perdieron terreno frente a los móviles, que más tarde fueron desbancados por los smartphones. Es un mundo en el que la tecnología dominante de una época puede ser rápidamente superada por la siguiente, un recordatorio de que, como en ciertas sagas cinematográficas de gran éxito, la caída de un imperio nunca se puede descartar.

Esta dinámica se ha manifestado claramente en el ámbito del software empresarial. En los últimos 15 años, el auge de las empresas nativas de la nube y del software como servicio (SaaS) ha transformado la forma en que se consume y suministra el software empresarial. Estas empresas, como Salesforce y Workday, ganaron cuota rápidamente, aprovechando un modelo en el que se podía acceder al software a través de Internet, pagando una suscripción y con el apoyo de una infraestructura gestionada por terceros.

Las ventajas estaban claras: menores costes iniciales, escalabilidad, complejidad externalizada y ciclos de implantación más rápidos. El contraste con los modelos tradicionales, en los que los clientes tenían que gestionar sus propios centros de datos y adquirir costosas licencias perpetuas, era evidente. Como resultado, las nuevas empresas crecieron más rápido, obtuvieron valoraciones superiores y fueron consideradas como el futuro de la informática empresarial.

Durante este periodo, los proveedores de software tradicionales como Oracle y SAP parecían cada vez más desfasados. Sus modelos se consideraban anticuados y sus carteras de productos, inflexibles. En el mercado se impuso la narrativa de la madurez y, en algunos casos, del declive estructural: la creencia de que estas empresas tradicionales tendrían dificultades para seguir siendo competitivas a medida que el mercado se desplazara decididamente hacia la nube.

Esta visión creó -y en algunos casos sigue creando- importantes oportunidades para los inversores perspicaces y con visión de futuro dispuestos a desafiar el consenso e identificar dónde podían estar equivocadas las expectativas del mercado. Esto es precisamente lo que pretende nuestra filosofía de trabajo en el equipo de renta variable global e Internacional: identificar el crecimiento mal valorado analizando la «brecha de crecimiento», a través de la cual comparamos nuestras expectativas de crecimiento futuro con lo que espera el mercado.  Y lo que es más importante, buscamos estas oportunidades en todo el mundo -no sólo en EE.UU.- porque el cambio estructural y la innovación no se limitan a una sola geografía.

Un claro ejemplo de ello es el caso de Oracle, con sede en EE.UU., y SAP, con sede en Alemania. Ambas compañías estaban en declive estructural, una opinión que subestimaba tanto la solidez de estas empresas como su capacidad de adaptación. Mientras las empresas nativas de la nube recibían gran parte de la atención, Oracle y SAP empezaron a remodelar sus negocios. SAP hizo la transición de su suite ERP estrella a un modelo cloud-first, al tiempo que ampliaba su cartera SaaS y adquiría activos complementarios. Oracle reconstruyó su base de datos y su paquete de aplicaciones para la nube y realizó importantes inversiones en infraestructura.

Hoy en día, la brecha entre los operadores disruptores y los tradicionales se ha estrechado. De hecho, como resultado de estos cambios, tanto Oracle como SAP están creciendo ahora tan rápido -en algunos casos incluso más rápido- que las empresas de SaaS que una vez amenazaron con dejarlas atrás. Sus negocios en la nube están creciendo y el mercado empieza a reconocer la durabilidad de sus relaciones con los clientes y la solidez de su ejecución.

Los líderes tradicionales recuperan impulso: SAP y Oracle acortan distancias

Este cambio ofrece un valioso recordatorio para los inversores. En periodos de incertidumbre, el mercado suele decantarse por los nuevos jugadores. A veces, ese instinto está justificado: algunas transiciones son permanentes y unidireccionales, y las empresas tradicionales siguen decepcionando. Pero no todas las empresas tradicionales están destinadas a quedarse atrás. En áreas como el software empresarial, donde los productos se benefician de altas barreras de entrada y costes de cambio, y donde los operadores tradicionales demuestran su voluntad de adaptarse, es perfectamente posible que los operadores establecidos no sólo sobrevivan, sino que salgan fortalecidos.

En el caso del software empresarial, está claro que los operadores tradicionales ya no están a la defensiva. El mercado ha subestimado su poder de permanencia, una dinámica que ha creado, y probablemente seguirá creando, oportunidades para los inversores globales activos dispuestos a desafiar el statu quo en todas las geografías. Los imperios, por así decirlo, están contraatacando y, al hacerlo, pueden ofrecer oportunidades que muchos inversores a largo plazo pasan por alto.

 

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