Análisis

Los bancos centrales proponen, el mercado dispone

Al cabo de una semana intensísima en anuncios y datos, el dólar se impone ante las monedas principales, y se posiciona con tendencia alcista en todos los frentes de cara a la semana entrante.

Los anuncios de los bancos centrales, que fueron claros y por demás contundentes, generaron reacciones absolutamente contrarias a los efectos esperables.

La Reserva Federal elevó, como se esperaba, la tasa de interés de referencia por segunda vez en el año, al cabo de un solo semestre, y por séptima vez desde diciembre de 2015.  El comunicado oficial del FOMC, y las palabras posteriores de Jerome Powell, Presidente de la Fed, fueron alentadoras:  según el funcionario, la economía de Estados Unidos va muy bien, una expresión poco habitual en una autoridad de tan alto nivel, y los índices de inflación y tasa de desempleo se desarrollan en los parámetros esperados por el organismo. 

El dólar titubeó en un primer momento, pero terminó cayendo en sus cruces principales, como si los dichos de Powell hubieran sido totalmente distintos.

Pero fue solo un espejismo.  Lo que terminó por volcar la balanza a favor del dólar fue el comunicado del Banco Central Europeo, conocido el jueves.

Las crónicas dieron cuenta de una impresión que, en lo personal, veo absolutamente lejos de la realidad.  El Presidente Draghi no dudó, ni dejó de decir lo que debía, y no fue tibio, ni mucho menos.  Que el BCE anuncie que termina con el plan de estímulo a la economía a fin de año, y que reduce sus montos de 30 a 15 mil millones de euros desde septiembre próximo no es algo menor, sobre todo si se tiene en cuenta que con la última reducción, de 60 a los 30 mil millones actuales, el euro aprovechó para lograr un rally formidable.

Y más que apreciable es que Draghi haya hablado de elevar la tasa de interés, que permanece en cero desde hace años, aunque aún falte un año para que ello suceda.  ¿Alguien podía esperar que eleve la tasa en octubre, o noviembre, con un plan de compra de bonos aún en marcha?  ¿Acaso los datos macro de la Eurozona, que tiene una inflación subyacente del 1% y no despega, ameritan elevar la tasa de interés?  ¿No es preciso observar que la inflación del 1.8% que se muestra actualmente como válida es producto del aumento del costo de la energía?

La caída del euro no tuvo que ver con los dichos de Draghi, aunque hayan sido simultáneos.  Sí fue producto de un alza del dólar que, a partir de la apertura de la sesión del jueves, se profundizó ante las monedas principales, y también ante las monedas de economías emergentes.

La moneda norteamericana tiene sobrados motivos para escaparse de sus rivales.  Los diferenciales de tipos de interés entre la Fed y los demás bancos centrales se van ampliando, y mientras la primera economía del mundo va en avión, el resto apenas si se subieron a un vehículo modesto y por tierra.  Y algunas van caminando, y a paso lento.

Con este panorama, la tercera semana del mes, que es la que normalmente termina delineando la tendencia del período, asoma con un dólar que ya creció lo que debía ante las monedas europeas, pero sin exhibir niveles de sobre compra importantes.  El euro se acerca a su mínimo anual, por ahora en 1.1510, y la libra hace lo propio cerca de 1.3200.

El yen, que también sintió el cimbronazo del dólar, frenó su caída, y la impresión es que logra sostenerse por debajo de 110.00, su camino está más del lado de las ganancias que de las pérdidas.

También se acerca la reunión de la OPEP, en la que los países productores de petróleo podrían decidir un aumento de la producción de crudo. Esto impactaría aún más de lo que ya lo ha hecho en monedas como el dólar canadiense y el peso mexicano. Esta última se ve atacada por varios frentes, y no solo por una posible baja del petróleo.  Las constantes embestidas de Trump contra el NAFTA, los aranceles a sus exportaciones, y el proceso electoral en marcha también lo afectan en gran forma.

Por el lado de los informes, sin dudas la reunión de política monetaria del Bank of England es lo más importante.  La entidad dejará sin cambios los tipos de interés, y la libra podría sufrir una nueva caída, que la acercaría a la zona crítica de 1.3000.

Como se ve, comienza una semana más que interesante, con un dólar que consolida ganancias, y que puede aprovechar los próximos días para estirar sus ventajas de corto y mediano plazo.

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