Wall Street en la gloria, la fiesta continúa

Confirmando el absoluto divorcio de los mercados respecto a la economía, los débiles datos de empleo de abril generaron una explosión en la bolsa de Nueva York, que se disparó a máximos históricos apenas publicado el informe.

Luego de una tibia corrección, los índices bursátiles reflejan el muy buen humor que genera en la bolsa el hecho de que la Fed se vea obligada a seguir inyectando 120 mil millones de dólares mensuales, y ni siquiera imagine aumentar la tasa de interés por bastante tiempo.

La secretaria del Tesoro, y extitular de la Fed, Janet Yellen, había hablado de un alza de tipos de interés, algo de lo cual se desdijo mas tarde. Extraño en una funcionaria de su nivel.

Se esperaba un millón de empleos, y solo se generó una cuarta parte de los mismos. Al respecto, cabe preguntarse que clase de análisis realizan los supuestos especialistas en el sector, que se equivocan en casi 750 mil empleos respecto a lo publicado ¿Es solo un error de cálculo?

La semana que termina quebró un ciclo de muy buenas noticias para la economía estadounidense. Ciertamente, los datos de manufacturas y servicios publicados por ISM quedaron bien por debajo de lo esperado, aún cuando ambos confirmaron la buena senda que transita la primera economía global. A ello se sumó un débil dato de empleos privados de ADP; que esta vez estuvo en línea con lo publicado por el Departamento de Trabajo. Dado que en los últimos tiempos esa encuesta ha perdido credibilidad, no se la tomó en cuenta para prever el decepcionante informe de este viernes.

Naturalmente, el euro, la libra, el yen, el dólar australiano y en especial el dólar canadiense sacaron buen partido de estas noticias, con un fuerte crecimiento. La libra se acerca en el cierre semanal a 1.4000, en tanto el euro apunta a 1.2200. El yen también se fortalece, aunque en menor medida, en tanto el Loonie canadiense se mantiene en máximos de varios años, favorecido por los recortes de fondos del Banco de Canadá, los altos precios del petróleo, y a despecho de los datos de empleo canadienses, que también decepcionaron a los mercados.

Otro protagonista es el oro. La onza salió de su letargo, para estacionar en la zona de 1840 dólares, paso previo a atacar la zona de 1900 dólares, para lo cual aún falta mucho. El metal precioso, al igual que la plata y el platino, se vieron claramente favorecidos en estos días, aún cuando no se han producido novedades relevantes en torno a estos activos.

Lo que viene es una semana algo más tranquila. El lunes será un día de transición, como suele pasar después de un viernes agitado. Los datos de inflación y ventas minoristas en Estados Unidos, luego de lo sucedido con el empleo, volverán a quedar para la estadística, pero sin que la Fed pueda actuar. Todo seguirá igual, al menos por unos cuantos meses. Hay fiesta en la bolsa.