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Análisis

¿Vender en mayo y marcharse? La estrategia estacional que está perdiendo su ventaja

Nuevos datos muestran los límites de la vieja sabiduría del mercado y por qué mantener la inversión podría seguir siendo la mejor estrategia.

A medida que los mercados se acercan a mayo, resurge una pregunta familiar: ¿sigue siendo válido el patrón histórico del mercado conocido como "Vender en mayo y marcharse"? Este viejo dicho de inversión sugiere salir del mercado durante los meses de verano —generalmente considerados como un período de menor rendimiento— y regresar en otoño para el tradicionalmente más fuerte repunte de fin de año.

Los datos históricos respaldan parcialmente esta perspectiva. Un análisis del S&P 500 de 1998 a 2025 muestra una notable diferencia en el rendimiento estacional. Durante el periodo noviembre-abril, el índice arrojó una rentabilidad media del 6.6%, significativamente superior al 2.4% observado en el periodo mayo-octubre. En aproximadamente el 77% de esos años, la mitad de invierno superó a la mitad de verano. Este patrón sugiere que, con el tiempo, los inversores han obtenido mejores resultados. Se recompensa mantener la exposición a la renta variable durante los meses más fríos.

Sin embargo, basarse en este patrón estacional sin considerar el contexto general puede ser engañoso. Periodos clave como 2009 y 2020 registraron fuertes repuntes del mercado entre mayo y octubre. Los inversores que abandonaron el mercado siguiendo la regla del calendario durante estos años se habrían perdido ganancias sustanciales. Los datos apuntan a una tendencia estadística, no a una regla de trading fiable. El comportamiento del mercado se ve influenciado por factores complejos (indicadores macroeconómicos, tipos de interés, sorpresas en los beneficios y acontecimientos globales), muchos de los cuales pueden eclipsar las tendencias estacionales.

La caída de septiembre y el cambio de rumbo de octubre: Lo que realmente nos dice el calendario

Si bien el bajo rendimiento del verano es evidente en promedio, no se distribuye de manera uniforme. Junio ​​y agosto tienden a ofrecer rentabilidades inferiores a la media o planas. Sin embargo, septiembre destaca como el mes más consistentemente débil, con un rendimiento negativo en el 63% de los años y una rentabilidad media del -1.5%. Este mes ha sido históricamente el más desafiante para la renta variable, ya que muchas de las fuertes correcciones de las últimas décadas se produjeron a finales de verano o principios de otoño.

En cambio, octubre, a pesar de su asociación histórica con las caídas del mercado, suele ser un punto de inflexión. En promedio, octubre produce una rentabilidad positiva del 1.3%, lo que con frecuencia marca el final de las tendencias bajistas y el inicio de las fases de recuperación. Esto sienta las bases para un final de año más sólido, impulsado por el renovado optimismo de los inversores, el impulso de la temporada de resultados y el gasto relacionado con las fiestas.

Comprar y mantener vs. Calendario: ¿Qué estrategia es realmente rentable?

Para evaluar el valor práctico de las estrategias estacionales, las simulaciones que comparan diferentes enfoques ofrecen información útil. Una estrategia de Comprar y mantener (mantener la inversión completa en el S&P 500 desde 1998 hasta principios de 2025) habría generado una rentabilidad acumulada del +469%, o aproximadamente una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) del 7%. Una estrategia basada en la regla de "Vender en mayo", con inversiones limitadas al periodo de noviembre a abril, generó una rentabilidad del +338% (TCAC del 6%). En cambio, el enfoque estacional opuesto —invertir solo durante los meses de verano— generó una modesta rentabilidad total del +30% y una TCAC de tan solo el 1%.

Las diferencias se han vuelto aún más notables en la última década. Desde 2014, la estrategia de "Comprar y Mantener" ha superado cada vez más a las estrategias estacionales, impulsada por factores estructurales favorables como una política monetaria ultraflexible, la rápida innovación tecnológica y el sólido crecimiento de las ganancias en los sectores líderes. Mantener la inversión continua ha sido más gratificante que retirarse tácticamente según el calendario.

Una perspectiva cautelosa, no un mandamiento

"Vender en mayo y marcharse" conserva cierta credibilidad estadística como observación estacional, pero no debe considerarse una regla de inversión prescriptiva. Si bien los meses de verano pueden ser más volátiles y ofrecer rentabilidades promedio más bajas, la estrategia de salir del mercado por completo corre el riesgo de perder importantes rebotes y oportunidades de capitalización. En lugar de abandonar la renta variable con el cambio de estación, los inversores podrían aprovechar este período para reevaluar su exposición al riesgo, reequilibrar sus carteras o adoptar un posicionamiento más defensivo cuando corresponda. La estacionalidad puede ser un indicador útil, pero en los mercados modernos, globalmente interconectados, debe sopesarse junto con las tendencias económicas, las políticas de los bancos centrales y los fundamentos corporativos. La disciplina y la adaptabilidad siguen siendo los pilares del éxito de la inversión a largo plazo.

A medida que los mercados se acercan a mayo, resurge una pregunta familiar: ¿sigue siendo válido el patrón histórico del mercado conocido como "Vender en mayo y marcharse"? Este viejo dicho de inversión sugiere salir del mercado durante los meses de verano —generalmente considerados como un período de menor rendimiento— y regresar en otoño para el tradicionalmente más fuerte repunte de fin de año.

Los datos históricos respaldan parcialmente esta perspectiva. Un análisis del S&P 500 de 1998 a 2025 muestra una notable diferencia en el rendimiento estacional. Durante el período noviembre-abril, el índice arrojó una rentabilidad media del 6.6%, significativamente superior al 2.4% observado en el período mayo-octubre. En aproximadamente el 77% de esos años, la mitad de invierno superó a la mitad de verano. Este patrón sugiere que, con el tiempo, los inversores han obtenido mejores resultados. Se recompensa mantener la exposición a la renta variable durante los meses más fríos.

Sin embargo, basarse en este patrón estacional sin considerar el contexto general puede ser engañoso. Periodos clave como 2009 y 2020 registraron fuertes repuntes del mercado entre mayo y octubre. Los inversores que abandonaron el mercado siguiendo la regla del calendario durante estos años se habrían perdido ganancias sustanciales. Los datos apuntan a una tendencia estadística, no a una regla de trading fiable. El comportamiento del mercado se ve influenciado por factores complejos (indicadores macroeconómicos, tipos de interés, sorpresas en los beneficios y acontecimientos globales), muchos de los cuales pueden eclipsar las tendencias estacionales.

 

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