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Análisis

Hungría: A la espera de tiempos mejores

La economía húngara se ha estancado desde 2022. La mejora en el gasto en consumo de los hogares ha compensado la fuerte caída de la inversión en capital fijo. Es probable que la inflación persistente mantenga al banco central a la espera hasta principios del próximo año. El Gobierno está comprometido con su senda de consolidación fiscal, aunque no ha explicado claramente su estrategia fiscal. Los efectos indirectos de Alemania y el inicio de la producción relacionada con los vehículos eléctricos deberían apoyar el crecimiento el próximo año. Podrían producirse más cambios tras las elecciones parlamentarias del próximo mes de abril. El partido proeuropeo Tisza aventaja actualmente al partido gobernante Fidesz en 10 puntos porcentuales en las últimas encuestas. Esperamos que el florín se mantenga fuerte y que los bonos en moneda local sigan siendo atractivos.

La economía de Hungría se encuentra en una situación de estancamiento desde la crisis de los precios de la energía que se produjo con la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022. A pesar de las reducciones de los tipos de interés oficiales desde 2023, la economía se ha estancado (Gráfico 1). Si bien el consumo ha mejorado con la caída de la inflación, la inversión en capital fijo ha disminuido significativamente (Gráfico 2). La tendencia de la inversión en Hungría contrasta fuertemente con la de otros países de Europa Central y Oriental (PECO). Esto se debe principalmente a la falta de transferencias de fondos de la UE, pero la inversión extranjera directa (IED) tampoco ha repuntado (Gráfico 3). Si bien la IED procedente de China ha aumentado considerablemente, la procedente de Alemania ha disminuido.


Los indicadores mensuales sugieren la misma tendencia general. La caída de la producción industrial en Hungría ha sido la más grave entre sus homólogos, aunque parece haber tocado fondo este año (Gráfico 4). Más allá de la crisis de los precios energéticos y su amplio impacto en Europa, los cambios estructurales en el sector automovilístico también han provocado el descenso de la producción industrial. Hungría ha sido un importante centro para las marcas de automóviles alemanas, y su baja rentabilidad en el ámbito de los vehículos eléctricos (VE) ha afectado al país. La mayor parte de las nuevas inversiones de China en la industria de los VE se encuentran todavía en fase de construcción, y se espera que la nueva producción comience en 2026.

Si bien las ventas minoristas crecieron de manera constante a lo largo de 2024, las lecturas recientes han sido débiles (Gráfico 5). Es probable que la debilidad se deba a la dinámica de los salarios reales. El crecimiento medio de los salarios este año, del 9.2%, parece saludable, pero es inferior al 13% registrado el año pasado. Al mismo tiempo, la inflación ha aumentado ligeramente, alcanzando una media del 4.7% este año, un punto porcentual más que el año pasado (Gráfico 6). No es de extrañar que los indicadores de confianza de los consumidores también se hayan deteriorado (Gráfico 7).

La debilidad del florín y la solidez del mercado laboral han mantenido la inflación por encima del objetivo. Sin embargo, el fuerte crecimiento de los salarios no ha ido acompañado de un aumento de la productividad laboral, a diferencia de lo ocurrido en Polonia. De hecho, la productividad laboral real de Hungría no ha mejorado con respecto a su nivel de 2022. Por lo tanto, los costes laborales unitarios han aumentado más que en los países vecinos. Probablemente, esta sea una de las explicaciones de la rigidez de la inflación en los servicios.

El Banco Nacional de Hungría (MNB por sus siglas en inglés) ha mantenido su tipo de interés oficial en el 6.5% desde agosto de 2024. Dado que se prevé que la inflación se mantenga por encima de su banda superior este año, el MNB seguirá aplicando una política monetaria restrictiva hasta principios del año que viene. En su última ronda de previsiones, el MNB solo espera volver a su objetivo de inflación del 3% en 2027.

En el ámbito fiscal, el Gobierno húngaro se ha comprometido a seguir la senda de consolidación fiscal acordada con la Comisión Europea (CE), con déficits fiscales del 4.1% del PIB este año y del 3.7% del PIB el año que viene. Este último se basa en una ambiciosa hipótesis de crecimiento del 4.1%. La debilidad de la economía ha empeorado ligeramente los resultados fiscales de 2025 hasta ahora (Gráfico 8). A pesar de ser año electoral, el ministro de Finanzas de Hungría se ha comprometido públicamente a mantener la estabilidad fiscal. No obstante, tanto el FMI como la CE han indicado recientemente que Hungría no cuenta con medidas fiscales adecuadas para alcanzar los objetivos de déficit el próximo año y a medio plazo.

Un aspecto positivo es la esperanza de que el gran aumento de la inversión militar y en infraestructuras de Alemania se extienda a Hungría. Las exportaciones de Hungría a Alemania son significativas, ya que representan alrededor del 15% del PIB (Gráfico 9). Además, aunque los vehículos y las piezas son ampliamente reconocidos como artículos de exportación importantes, la maquinaria eléctrica y de otro tipo representan una proporción aún mayor. Estos deberían beneficiarse del programa de inversión de Alemania en los próximos años.

Otro cambio potencial podría producirse con las elecciones parlamentarias de abril de 2026. Viktor Orbán ha sido primer ministro de Hungría desde 2010, además de su mandato entre 1998 y 2002. Por primera vez en los últimos años, el partido Fidesz de Orbán se enfrenta a un serio desafío por parte de un recién llegado, el partido Tisza. En las últimas encuestas, Tisza aventaja a Fidesz en una media de 10 puntos porcentuales. Tisza está llevando a cabo una campaña electoral basada en un programa para recuperar los fondos de la UE con el fin de invertir más en las infraestructuras de Hungría.

El florín húngaro (HUF) se ha apreciado un 5% en lo que va de año desde un nivel muy débil. La debilidad de la inversión ha contribuido a mantener el superávit por cuenta corriente, lo que ha respaldado al HUF. Además, la postura restrictiva del banco central, la recuperación cíclica y la posibilidad de un cambio de gobierno el próximo mes de abril deberían mantener la fortaleza del HUF. Aunque no esperamos que el banco central recorte su tipo de interés oficial a corto plazo, la cautela de la política fiscal y el posible cambio de gobierno deberían mantener los rendimientos relativamente contenidos.

 

 

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