Escalada en Oriente Medio: Evaluación de los riesgos
|El conflicto militar entre Israel e Irán ha impulsado al alza los precios del petróleo, aunque los mercados dudan de que vaya a producir un impacto económico mundial. El principal riesgo para la economía global consiste en una posible interrupción del suministro de petróleo que podría provocar una fuerte subida de los precios. Sin embargo, el mercado del petróleo no está actualmente en tensión. Una escalada de las tensiones, como que Irán ataque las infraestructuras del Golfo o bloquee el estrecho de Ormuz, continúa siendo improbable en estos momentos. Con todo, es posible que la incertidumbre geopolítica mantenga una prima de riesgo en los precios del petróleo, sobre todo porque Israel parece decidido a infligir daños duraderos al programa nuclear iraní, una medida que podría no ser factible sin el respaldo de Estados Unidos.
El intercambio de ataques con misiles entre Irán e Israel en los últimos cinco días ha hecho subir los precios del petróleo cerca de un 6%. Los mercados reaccionaron inicialmente con aversión al riesgo, pero se recuperaron el lunes al considerar los inversores que era improbable que la escalada supusiera un duro golpe para la economía mundial. Sin embargo, el sentimiento de aversión al riesgo regresó el martes por la mañana, después de que Donald Trump hiciera unas duras declaraciones en la reunión del G7 (Gráfico 1).
Gráfico 1: El precio del petróleo subió el viernes, pero sigue por debajo de la media del año pasado
¿Cuál es el principal canal de transmisión y cuáles son los riesgos? El impacto económico más directo vendría a través de los precios del petróleo. Históricamente, el precio del petróleo debe duplicarse para desencadenar una recesión en las economías avanzadas.
¿Podrían las tensiones en Oriente Medio elevar tanto los precios? Los mercados parecen dudarlo, y esa opinión parece, en general, acertada, no porque el conflicto no pueda agravarse, sino porque una subida brusca y sostenida de los precios del petróleo requeriría que se alinearan varios factores.
Consideremos primero la situación actual. El mercado del petróleo no está especialmente tenso. En los últimos meses, la atención se ha centrado en la posibilidad de un exceso de oferta. Los precios están subiendo desde un rango bajo: el crudo Brent alcanzó en mayo su nivel más bajo en cuatro años y, a pesar de la reciente subida, sigue estando alrededor de un 12% por debajo de los precios de hace un año. A estos niveles, los precios del petróleo siguen ejerciendo una fuerza desinflacionista.
Gráfico 2: El aumento de los inventarios apunta a una presión a la baja sobre el precio del petróleo
Un aumento sostenido hasta unos 125 dólares por barril exigiría una reducción significativa de la capacidad exportadora del Golfo. Es poco probable que baste con dejar fuera de juego a Irán: su producción representa el 12% de la oferta de la OPEP y el 8% de la de la OPEP+ (Gráfico 3). Pero otros productores del Golfo tienen capacidad de reserva y probablemente actuarían con rapidez para recuperar cuota de mercado. Aun así, no podemos descartar la posibilidad de que los productores de petróleo decidan mantener la producción sin cambios para beneficiarse de la subida de los precios y el consiguiente aumento de los ingresos.
Gráfico 3: Irán es un importante productor de petróleo, pero otros pueden cubrir su cuota
Para que los precios subieran bruscamente, Irán tendría que atacar las infraestructuras petrolíferas regionales o intentar cerrar el estrecho de Ormuz, por el que pasa aproximadamente una cuarta parte del crudo transportado por mar en todo el mundo. En nuestra opinión, esto es poco probable. Irán y Arabia Saudí han normalizado en gran medida sus relaciones en los últimos años -Riad ha condenado los ataques de Israel-. Aunque Irán podría intentar interrumpir el tráfico de petroleros en el Estrecho, cualquier medida de este tipo provocaría probablemente una respuesta militar de Estados Unidos. China -uno de los principales aliados de Irán- también querría evitar tal interrupción, y puede habérselo dejado claro a Teherán. Incluso en caso de bloqueo temporal, Arabia Saudí podría desviar algunas exportaciones a través de sus puertos del Mar Rojo.
Con todo, es probable que la persistencia de la incertidumbre y/o una escalada de las hostilidades mantengan elevada la prima de riesgo de los precios del petróleo. El Gobierno israelí parece decidido a infligir un daño duradero al programa nuclear iraní, lo que probablemente incluya ataques a las instalaciones de Fordow, fuertemente fortificadas, una medida que podría no ser factible sin el respaldo de Estados Unidos. Y, si Irán se siente cada vez más acorralado, podría intentar dañar las infraestructuras petrolíferas como forma de ganar influencia en futuras negociaciones con Estados Unidos.
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